lunes, 4 de marzo de 2013

LINCHAMIENTO POLÍTICO O REVOCATORIA

Hoy en el programa de Beto Ortíz se presentó Jorge Del Castillo dizque para debatir sobre la revocatoria , y dejó escapar el verdadero motivo por el cual el APRA está por el “Sí”. Dijo entre otras causas y poniéndole énfasis que : “la gran transformación (de Susana Villarán se entiende) podría ser el 2016 un peligro de totalitarismo para el Perú”. Su interlocutor le dijo: “¿Acaso la gran transformación no está en el gobierno “ y Del Castillo le respondió : “Si pero a la inversa”. Ambos rieron . Es que el ego de Alan García es tan enorme que él cree que ganará las elecciones del 2016 y desde ahora quiere ir desapareciendo de la escena política a quienes podrían ser sus futuros contrincantes. Por eso es que el APRA se subió al carro de la revocatoria. Castañeda, por su parte, aprovechándose de una ley llena de vacíos legales , después de haber perdido las últimas elecciones presidenciales, y como venganza por la investigación del caso Comunicore que Susana Villarán realizó apenas entró a la alcaldía, empezó a buscar la manera de traerse abajo al gobierno municipal de Villarán. Así, entraron a escena personajes como Marco Tulio Gutiérrez que cambió firmas por bolsas de fideos cuando Susana Villarán no había cumplido ni dos meses en su gobierno local. Este mismo Marco Tulio anteriormente había denunciado en un programa de televisión a Castañeda por irregularidades en su gestión. Dándosela de evaluador comenzó a criticar la gestión municipal de Villarán sin exponer los parámetros o estándares que estaba utilizando. Por el contrario, tuvimos la oportunidad de escucharlo a través de la TV en un audio grabado en el que decía con gran cinismo que su único interés en revocar a Susana Villarán era darle publicidad a su instituto. Luego apareció en escena el congresista y financista de la revocatoria, José Luna Gálvez que pidió licencia al Congreso de la república para hacer campaña proselitista a favor del “Sí” y se la concedieron; a pesar de que el reglamento del Congreso establece que sólo puede solicitarse licencia por enfermedad o viaje y que incluso si es por viaje debe presentarse un informe explicando los beneficios para el país. La permisividad con la que ha actuado el Congreso, donde absolutamente nadie ha reclamado ni tampoco ha explicado a la ciudadanía del porqué de esta licencia a un congresista para que se dedique a hacer campaña política , es un antecedente muy digno de lamentar. Otra cosa que llamó mucho la atención fue la rapidez con la que el JNE y la ONPE autorizaron la revocatoria. Si bien es una ley muy mal hecha en la cual no hay proporción entre la población de Lima: 8 millones y medio de habitantes (de los cuales 6 millones son electores) y el número de firmas requeridas : 400 000 (es decir menos del 5%) tiene un trasfondo más peligroso y es que para hacer una revocatoria no se requiere justificación escrita. El sentido común nos dice que una revocatoria, cuyo carácter es el de una sanción, debería tener una causal muy bien justificada como por ejemplo la corrupción comprobada. Sin embargo la ley no lo considera y entonces se le puede atribuir “de boca” cualquier cosa , como han hecho con Villarán. Se han colgado letreros en los distritos de Lince, Jesús María y Breña y otros con mayor población con el insulto de “incapaz” ante la vista y paciencia de todos los limeños. Una alcaldesa que todavía no está ni a la mitad de su periodo de gobierno, que no ha dado muestras de corrupción es ahora vejada y humillada por limeños altamente influenciables que ni siquiera saben cómo es el proceso, que siguen a los revocadores atribuyendole culpas de las cuales un alcalde no podría ser responsable y de paso también quieren “botar” a 39 regidores que son personas a las cuales ni siquiera conocen de nombre. Eso no es Democracia sino un carga montón fomentado por unos cuantos que pretenden satisfacer sus intereses egoístas. En el mejor de los casos es una deformación horrible de la participación ciudadana. Escribo esta nota para quede registrada mi opinión personal sobre una de las peores elecciones que ha de formar parte de la historia del Perú y una de las más injustas campañas cometidas contra una mujer honesta. Y esto de la honestidad de la alcaldesa es un hecho cierto hasta para los que tienen rabo de paja y se atreven a juzgarla. Gane el SI o el NO, la gran vencedora será Susana Villarán pues las manos sucias de la política peruana NO la han podido embarrar. Definitivamente mi voto será por el NO. Así dormiré tranquila.