viernes, 13 de marzo de 2009

La imbecilidad de los infieles


Me solicitan mis amigas que escriba algo sobre la infidelidad, algo que también he sufrido, así es que esta vez "sin documentos" como se titula una canción del genial Calamaro voy a darles mi opinión.
El infiel es para mí un apostador, que lo apuesta todo a perdedor: su esposa, sus hijos, sus amistades y a veces hasta su trabajo. Hay mucho de riesgo en el juego de la infidelidad y lo emocionante es que exista una persona, sea novia o esposa, que haga de tonta, sinó no hay diversión.
Las mujeres pretendemos alargar la juventud con estiradas, cosméticos y mil formas de tratamientos. Los hombres prefieren demostrar que siguen en forma por el número de mujeres que pueden conquistar y/o iniciando una vida distinta, con nuevas parejas. A partir de cierta edad, los casos se vuelven similares.
Para las cincuentonas no nos queda más remedio que aceptar la realidad cuando nuestros maridos prefieren irse a convivir con la ex amiga, la ex secretaria o la ex empleada del hogar.
"Mi marido se ha ido a vivir a un pueblo joven con una mujer vulgar" "Mi marido le manda plata, de un sueldo que apenas alcanza, a una chiclayana que tiene esposo e hijos" "Mi marido está perdidamente enamorado de una vendedora de pescado, ignorante que no tiene ni secundaria completa", etc, etc.
Y en todos estos casos ¿dónde quedan los hijos, que generalmente, ya son jóvenes?
¿Acaso a ellos se les dijo alguna vez que iban a tener padre sólo mientras eran niños?
En el programa de Belmont "A corazón abierto", un programa excelente, exitoso y digno de imitarse, escuché del sacerdote Guillermo Oviedo una definición importante referida a la persona que sirve de modelo de valores para los hijos. Según explicó, el padre de familia es el "prototipo" el primer modelo de valores, distinto del "estereotipo" es decir, lo que socialmente nos rodea.
No se necesita ser católico para tener valores, pero no se puede negar que la Iglesia Católica es una de las pocas instituciones que se preocupan de que nuestra sociedad no siga deteriorándose desde el punto de vista ético.
Existe un relativismo importado en cuanto a los valores, pero no echemos toda la culpa a los medios de comunicación ni a la globalización. Los valores fundamentales, entre los cuales se encuentra la lealtad y la fidelidad, se aprenden en el hogar. "La fidelidad en estos tiempos es sólo una cuestión de sonido" dicen los imbéciles que por decir eso se sienten muy modernos.
La modernidad no es promiscuidad. Los antivalores no nos volverán más civilizados, todo lo contrario.
A estas alturas de la vida, es decir a partir de los cincuenta(*)las madres nos quedamos con nuestros hijos y ellos, los ex padres de familia se van, cual viejos guerreros medio descompuestos, a vivir aventuras amorosas.
Si supieran lo que dejan cuando se van, no sólo familias rotas, principalmente mucho dolor y corazones destrozados pues el vaso de la confianza una vez roto no se pega ni con "triz". Y si se pega, quedan las heridas, siempre abiertas, siempre sangrantes por una vida juntos compartida, jamás agradecida ni valorada por ellos.
¿Y entonces que hacemos nosotras? ¿nos ponemos a tejer como Penélope esperando a que nuestro recontra viejo Ulises regrese para que le pongamos los pañales?.
Nóooooooooo, la vida sigue amigas, continúa. Nosotras que nos quedamos al lado de nuestros hijos si podremos disfrutar ver crecer a nuestros nietos día a día, compartiremos de cerca los éxitos de nuestros hijos mientras seguimos trabajando ya sea en la universidad, en la casa, en una empresa propia, o mientras escribimos un libro.
Pero hay dos cosas: o seguimos con nuestra lucha femenina contra la vejez,armadas con cremas con "lifting", fajas y/o dietas, que en esta sociedad de consumo inventaron los hombres para tenernos esclavas mientras ellos caminan felices calvos, arrugados y panzones O comenzamos a madurar hermosamente de adentro hacia afuera con Dios de la mano, viviendo sólo el hoy y dándole las gracias por no ser agnósticas.
Eso es todo amigas, como diría Bugs.

(*)no es posible generalizar en cuanto a la infidelidaad ni establece la edad en que se produce, se ha tomado la edad de los cincuenta como referencia para hacer el artículo según experiencias personales. Según estadísticas, el divorcio se ha incrementado en las últimas décadas a cualquier edad.
Imagen: tomada del Google

4 comentarios:

  1. Artículo muy sincero,actual, desde un ángulo espinozo para los hombres atrapados en el circulo vicioso de su sensualidad, que no miran más alla de sus narices, y para seguir sintiendose "hombres" anulan su responsabilidad social y familiar con el pretexto de su autonomía mal entendida, por que la verdadera autonomía va emparejada con la responsabilidad de las acciones.
    Otro ángulo del problema que veo como terapeuta es ver su etiología (origen, factores que lo causan) el caso; para prevenir y si ya se dió ver cómo se ha desarrollado y su posible tratamiento si se desea superar el problema.
    Entre algunos de los factores es no darse cuenta con quien se tiene hijos o casan, si hay o no hay compatibilidad y hasta cuando durará. Muchos Psicologos sugieren y estoy de acuerdo personalmente que antes de casarse deben hacer un curso pre matrimonial y pasar algunos test sencillos para determinar la compatibilidad de caracteres y el socio-económico de los que dicen amarse y no sea amor de un dia, ni por interes de indole diverso, que el amor viene por añadidura, y es el peor autoengaño de tomar por amor el anamoramiento ingenuo y que el "seudo" amor todo se vence.
    Si no hay plata para una evaluación psicológica que conviene hacer antes de... por lo menos consulten con un buen astrólogo o buena tarotista, esto da muestras que se quiere hacer las cosas derechas y no cegados por la pasión o los intereses x.
    El tratamiento es duro, por que el infiel es muy probable que diga yo no estoy loco para acudir a un loquero, y aun cuando se de cuenta de adición al sexo encubierto, les duele mas su orgullo machista que se lo aguantan.
    Me parece muy acertada la opinión que suge de la valiente autora, de no esperar el cambio del hombre, y las mujeres que deseen encontrar la solución al problema, reaccionen, pedir ayuda profesional en varios ordenes, preparándose, capacitándose y no quedarse pasivamente rumiando el problema que Dios o el tiempo lo solucione magicamente. Si meti la pata, pagar la factura y seguir adelante.
    Atte, Adrianoreyes@ymail.com

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  2. Por lo general los infieles suelen regresar tarde o temprano con el rabo entre las piernas, no se si se salan por actuar de mala fe o si es su conciencia lo que los hace reventar tarde o temprano, o talvez porque suelen botarlos despues de haberlos explotado y ya no sirven para nada, pero eso ya no es problema de nosotras...me quedo con la segunda opción de caminar solas con Dios de la mano y viviendo el dia, que finalmente es lo único que tenemos, vinimos solas al mundo, solas tendremos que partir, lástima que a veces hagamos elecciones erradas al aceptar el reto de vivir en pareja...pero que cosa no es un riesgo en la vida? hasta ahi todo bien, lo inconcebible es la falta de límites, de respeto, la decadencia del hombre que arrastra de todos modos tambien a la mujer en su propia caida, eso es lo imperdonable y lo que más irrita, reconocer que vivimos años con un ser que finalmente resultó ser un completo extraño...pero como no tenemos control sobre estas cosas, lo mejor es hacerse a un lado y no lamentar, sino mas bien agradecer por recuperar la paz perdida, la salud mental y celebrar la nueva vida que nos espera. Me gustó mucho tu artículo, no dejes de escribir.

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  3. Que bueno que las mujeres nos estemos dando cuenta que podemos y debemos salir adelante ante estas bajezas que suelen hacer los hombres irresponsables e inmaduros, que cada vez mas mujeres tomen la decisión de no esperar, pero si, revivir y dar nuevo fruto para si mismas.

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  4. me parece muy importante el articulo ,me toca vivirlo de cerca, lamentable mente siempre sufrimos las mujeres ,cuando descubrimos que nos casamos con un calculador mentiroso y como un exelente estratega .

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