Si para los abogados, los ingenieros o los médicos se dictara una norma como el DS 004-2008 a todos nos parecería un absurdo y por supuesto haría saltar hasta el cielo a sus respectivos colegios profesionales.
Sin embargo no sucede lo mismo con los profesores a quienes los gobiernos jamás han podido ver como profesionales sino como simples asalariados. La culpa de ello la tienen los mismos profesores quienes en las últimas décadas sólo se han preocupado por sus reinvindicaciones económicas, por seguir al Sutep, y no preocuparse por su desarrollo profesional. Las cosas hay que decirlas con todo el respeto que se merecen los maestros del país.
Por otro lado, la medida adoptada es a todas luces arbitraria, no es posible mejorar la educación peruana improvisando un decreto basado en la exclusión porque el Estado Peruano no es una empresa sino una democracia. Además, dónde queda el proceso de descentralización y municipalización educativa que debería acabar con la política de un único empleador nacional para el sector público y dejar a las regiones y gobiernos locales que hagan la selección más adecuada a su propia realidad.
En Chile los profesores eligen la Comuna en la que quieren trabajar porque allá se considera que es un factor que favorece un mejor rendimiento.
La posición adoptada por el Consejo Nacional de Educación me parece acertada, es urgente poner en marcha el Sistema Nacional de Evaluación, Certificación y Acreditación (SINEACE)pero sobre la bases del Proyecto Educativo Nacional que se ha debido de implementar desde el primer momento que este gobierno asumió el mando. Superar los déficits de la educación peruana demandará tiempo y el compromiso de éste y los siguientes gobiernos que vengan
No debemos olvidar que el profesorado es sólo una parte del sistema educativo, un sistema que esta fallando peligrosamente porque no se tiene la òptica de un todo integrado. Un sistema que debe ser evaluado íntegra y permanentemente a fin de realizar las mejoras necesarias en cada uno de sus diversos elementos constitutivos lo cual implica además de tiempo, esfuerzo, avances y retrocesos, metas bien definidas, indicadores claros, pero sobre todo voluntad de trabajo conjunto, coordinado y consensuado entre las partes involucradas.
Un decreto que pretende hacer un cambio pero impuesto desde arriba, improvisado, que a la hora de la práctica puede ser erróneamente aplicado, le quitaría el piso a cualquiera...es comprensible el malestar de los maestros.
Al respecto, hay una diferencia substancial entre los cambios impuestos y los cambios voluntarios según Iafrancesco:
"La educación necesita cambios voluntarios productos del desarrollo actitudinal, del convencimiento y de la vivencia de la necesidad del cambio. Los cambios impuestos por las normas, por sí mismos, no aseguran la transformación, más bien indisponen y condicionan y por tanto se convierten en pésimos e inadecuados procesos y medios para generar innovación." (1)
(1)Iafrancesco Giovanni "Los cambios en la Educación: perspectiva etnometodológica"
Ed. Magisterio. Colombia
Imagen: Google, firgoa
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