Hace unos días los diarios informaron sobre el caso de una niña de 6 años que había sido quemada por su propio padre como castigo por su mal comportamieto y ayer mismo se dió a conocer el caso de otro niño de 9 años que fué arrojado desnudo a la calle por su madre con un letrero humillante que decía "Esto es por no ir al colegio".Gracias a la intervención de los vecinos el niño pudo ser rescatado por las autoridades y se estaba considerando la posibilidad de quitarle la patria potestad a esta cruel mujer.
En el Perù, según el MIMDES, de cada 10 niños 8 sufren maltrato físico y/o psicológico y según el Instituto de Salud Mental Hideyo Noguchi, el maltrato es la principal causa de suicidio infantil. Es indignante como estos perturbados padres desfogan sus frustraciones contra sus menores hijos especialmente en los estratos sociales de bajos ingresos y de poco nivel cultural tal como refieren numerosos estudios realizados por asociaciones civiles y del Estado. El código penal sanciona hasta con 15 años de cárcel a los padres y tutores por maltratos físicos a niños y adolescentes.
Sin embargo el maltrato infantil sigue en aumento y ante ello no podemos ser indiferentes pues
el impacto de la violencia limita el total desarrollo de las potencialidades de los niños y provoca una serie de transtornos irremediables en su desarrollo mental y fìsico. La mejor manera de enfrentar el problema debe ser desde un enfoque preventivo. Sabemos que el
MIMDES está realizando una campaña contra la violencia familiar. Sin embargo creemos necesario que este trabajo debe ser abordado de una manera más integral con apoyo de los medios de comunicación a fin de sensibilizar a la población promocionando los derechos del niño y también con la ayuda de otros organismos capacitando a las madres de los sectores más necesitados con talleres referidos a la disciplina sin agresión.
He creído conveniente agregar a este artículo el comentario que me hizo llegar a mi correo mi admirado amigo y profesor y reconocido sociólogo Humberto Porras :
"Me preguntaba si todo castigo físico es necesariamente maltrato infantil. Tengo mis dudas de que un simple palmazo sea necesariamente traumático. De ser así, no por ello sería malo. Uno porque en el caso de la cultura popular de diversos grupos en el Perú, existe el castigo físico, algunas veces es muy cruel, hay que reconocerlo, pero los padres no van a recurrir a los psicólogos para corregir una conducta que consideren equivocada, desde sus patrones culturales.
Segundo, supongamos que no existe castigo físico y se desarrollan individuos sin traumas de este tipo. No me imagino la existencia de individuos sin traumas, estarían desprovistos de experiencias de este tipo para afrontar situaciones difíciles. Por otro lado, mis observaciones, más o menos sistemáticas sobre los grupos de adolescentes y jóvenes urbanos en los últimos tiempos muestran tendencias autodestructivas y una fuerte carga de agresividad hacia los otros que, algunas veces son canalizadas hacia actividades que pueden ser consideradas como positivas como la práctica de algún deporte o de alguna actividad artística. Un individuo que no haya sufrido en su niñez ninguna agresión de este tipo se hallaría en desventaja ante los otros que pretenden agredirlo. En algunos medios de prensa han salido alguna vez, casos de agresiones policiales contra adolescentes y/o jóvenes que han sido criados en ambientes tolerantes y, supuestamente sin agresiones físicas, aunque si en ambientes de mucha agresión verbal y simbólica. Estos han mostrado su extrañeza por y, en realidad su ingenuidad ante estos aspectos de nuestra realidad cotidiana. Este comentario no quiere decir que sea partidario de los maltratos físicos, pero hay que reconocer que hay agresiones psicológicas que son más traumáticas que una pateadura. Muchos casos de conductas contraculturales se hubieran evitado si, en su momento, hubieran recibido la pateadura correspondiente.
Tengo la impresión de que una campaña contra la agresión infantil se nutre de buenos deseos. de objetivos loables, pero que parece no haber comprendido los aspectos reales de la socialización en diferentes estratos sociales. En sociología, especialmente en Giddens, existe un concepto que se llama "las consecuencias imprevistas de la acción", que muestra como las acciones humanas no responden siempre a los objetivos racionales y que, la mayoría de veces, los resultados son contrarios a las intenciones. Es una lástima que nuestros educadores no hayan leído a Weber, de donde procede este concepto, y muchas veces confunden sus deseos con la realidad. Nótese que no tengo un concepto positivista de la realidad, sino más bien, un concepto fenomenológico de la realidad, en la línea de Schutz y de Berger y Luckman. El discurso de algunos defensores de los castigos no físicos parte de una formulación teórica que no necesariamente ha sido discutida y contrastada con los patrones culturales de nuestro medio y que, muchas veces, se encuentra desfasada del contexto. No sé si mis ideas son coherentes. Sé, por supuesto, que necesitan ser discutidas con otras posiciones.
Bueno, por el momento, ahi lo dejamos. No sin antes felicitarte porque abres un espacio para la discusión...Por último, como no voy a releer lo que estoy escribiendo, no sé si estoy coherente con lo que quería decir, pero este es el comentario que me suscita lo que has escrito. Un abrazo
Humberto Porras" Envíado el 9 de Octubre del 2007