Un padre como Homero

No deja de asombrarme la predilección de los jóvenes por Homero Simpson aquel gordo amarillo con ojos de huevo duro que le ha quitado el protagonismo a su hijo Bart a través de las más insólitas ocurrencias convirtiéndose en el más popular y carismático de todos los personajes de esta serie americana.

Alguna vez pregunté a mis jóvenes alumnos por qué les gustaba tanto y quedé atónita cuando varios me contestaron "A mí me gustaría que mi papá fuera como Homero". Entre las principales razones que argumentaban estaban : "porque es gracioso" y "porque es imperfecto".

Y es que la idiosincracia de este personaje se ajusta mejor al nuevo tipo de familia más democrática que se ha generado en la actualidad en la cual ya no es válida la supremacía indiscutida del padre porque se ha quebrado la autoridad vertical de tipo patriarcal puesto que la madre ya no tiene un rol exclusivamente doméstico y los hijos participan más en las decisiones familiares.

La postmodernidad ha traído consigo además de la globalización económica y el avance tecnológico, la mundialización de la cultura y sus múltiples efectos sobre la vida social y familiar. Por lo tanto, el sujeto social debe ahora reacomodarse ante la aparición de nuevas formas de organización e identidad como consecuencia de la desmitificación de la familia nuclear y la deconstrucción del modelo patriarcal y del arquetipo masculino

Esto implica también una nueva manera de concebir la identidad masculina junto con la paternidad que viene a ser una de sus más importantes dimensiones.

La postmodernidad ha echado abajo el modelo hegemónico de masculinidad y en eso ha influído notablemente el avance del feminismo. Es este aspecto, conjuntamente con otros factores de índole económico, cultural y social, lo que ha puesto al sexo fuerte en una situación de inseguridad con respecto a su identidad de género y la paternidad.

¿Con qué valores identificar lo masculino?. Además de la desaparición de los estereotipos funcionales, ni la inteligencia ni la autoridad ni la racionalidad ni el liderazgo ni la competencia, etc. son patrimonio del hombre, como ha quedado demostrado a lo largo del último siglo.

Esto ha hecho también que los hombres se replanteen su papel en el hogar especialmente el de su paternidad y que desde el análisis social se esté tratando de redefinir la identidad masculina considerado también el aspecto de las emociones que culturalmente han estado vedadas en el modelo hegemónico de masculinidad anterior.

Por otro lado una mayor independencia de los miembros de la familia de nuestros días ha hecho que los únicos lazos que la sostengan sean los afectivos.

Pero esa libertad ha sido ganada a costa de la seguridad que la familia tradicional ofrecía a todos sus miembros antiguamente.

Vemos con preocupación como cada día aumenta el número de divorcios y como la ausencia del padre se hace más común en los hogares.

Casi todas mis amigas están divorciadas y enfrentan su nueva situación de muy diversos modos pero en todos los casos con gran dificultad y costo desde el punto de vista emocional por parte de ellas y de los hijos.

¿Pero acaso el padre que se va de casa no esta afectado?. Desde el enfoque sistémico cuando se produce una crisis o un divorcio absolutamente todos los miembros de la familia son afectados. Los padres divorciados presionados por la imagen de "macho fuerte" impuesta especialmente por los medios de comunicación no se sienten con libertad para expresar sus sentimientos, y muchas veces tampoco sus afectos, por lo cual el problema desde el punto de vista de la paternidad no es percibido por muchos.